martes, 1 de diciembre de 2009

HISTORIA DE UN BESO


Un viento liguero mueve las hojas caídas a la altura de las rodillas.

Colores infantiles decoran los edificios de perfil metálico que marcan el contorno difuminado en las cuadrículas de una luna sin tiempo.

Los pasos apresurados de una sombra retumban con el eco de las palabras que pronuncia el invierno con labios azules, y a veces, el suelo se abre en un abismo de recuerdos, nostalgia de unos brazos abiertos en círculos concéntricos.

En la mesita, los sueños, con su aroma a respuesta, su sabor a caligrafía,…… y esa palabra siempre por decir, apuestan por un futuro en presente de indicativo, juego en palabras de tímida mirada que hacen de cada verbo una historia con título en infinitivo, escribir, hablar, leer, amar, besar ….. donde la vida es un continuo venir de palabras, un camino sin retorno.

Escribo besar.

La página se estremece, la historia se hace nombre y escribo beso.
Las metáforas desatan su pasión más allá de los márgenes del abecedario.
Es la historia del encuentro entre las palabras.

Soledad Caballero Castro
* Cuadro: El beso. G. Klimt